Year of the Bible
Genesis 21
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Commentary on the Book of Genesis, Chapter 21:
Twenty-five years (12:4; 21:5) after Abraham received his call and first promise of descendants from God, his wife Sarah finally has a son, Isaac. Sarah views Abraham’s first-born son, Ishmael, who was born to the servant Hagar, as a rival to Isaac. Although Abraham loves Ishmael, he sends him and his mother away. God promises His blessing upon Ishmael, and He immediately responds when Ishmael and his mother run out of water. God helps Hagar see a well, reminiscent of His earlier assistance (16:7-14). Abraham continues to plan for the future by coming to an agreement with King Abimelech over the rights to use a well.
The Book of Genesis, Chapter 21:
The Birth of Isaac
1 The Lord visited Sarah as he had said, and the Lord did to Sarah as he had promised. 2 And Sarah conceived, and bore Abraham a son in his old age at the time of which God had spoken to him. 3 Abraham called the name of his son who was born to him, whom Sarah bore him, Isaac. 4 And Abraham circumcised his son Isaac when he was eight days old, as God had commanded him. 5 Abraham was a hundred years old when his son Isaac was born to him. 6 And Sarah said, “God has made laughter for me; every one who hears will laugh over me.” 7 And she said, “Who would have said to Abraham that Sarah would suckle children? Yet I have borne him a son in his old age.”
Hagar and Ishmael Sent Away
8 And the child grew, and was weaned; and Abraham made a great feast on the day that Isaac was weaned. 9 But Sarah saw the son of Hagar the Egyptian, whom she had borne to Abraham, playing with her son Isaac. 10 So she said to Abraham, “Cast out this slave woman with her son; for the son of this slave woman shall not be heir with my son Isaac.” 11 And the thing was very displeasing to Abraham on account of his son. 12 But God said to Abraham, “Be not displeased because of the lad and because of your slave woman; whatever Sarah says to you, do as she tells you, for through Isaac shall your descendants be named. 13 And I will make a nation of the son of the slave woman also, because he is your offspring.” 14 So Abraham rose early in the morning, and took bread and a skin of water, and gave it to Hagar, putting it on her shoulder, along with the child, and sent her away. And she departed, and wandered in the wilderness of Beer-sheba.
15 When the water in the skin was gone, she cast the child under one of the bushes. 16 Then she went, and sat down over against him a good way off, about the distance of a bowshot; for she said, “Let me not look upon the death of the child.” And as she sat over against him, the child lifted up his voice and wept. 17 And God heard the voice of the lad; and the angel of God called to Hagar from heaven, and said to her, “What troubles you, Hagar? Fear not; for God has heard the voice of the lad where he is. 18 Arise, lift up the lad, and hold him fast with your hand; for I will make him a great nation.” 19 Then God opened her eyes, and she saw a well of water; and she went, and filled the skin with water, and gave the lad a drink. 20 And God was with the lad, and he grew up; he lived in the wilderness, and became an expert with the bow. 21 He lived in the wilderness of Paran; and his mother took a wife for him from the land of Egypt.
Abraham and Abimelech Make a Covenant
22 At that time Abimelech and Phicol the commander of his army said to Abraham, “God is with you in all that you do; 23 now therefore swear to me here by God that you will not deal falsely with me or with my offspring or with my posterity, but as I have dealt loyally with you, you will deal with me and with the land where you have sojourned.” 24 And Abraham said, “I will swear.”
25 When Abraham complained to Abimelech about a well of water which Abimelech’s servants had seized, 26 Abimelech said, “I do not know who has done this thing; you did not tell me, and I have not heard of it until today.” 27 So Abraham took sheep and oxen and gave them to Abimelech, and the two men made a covenant. 28 Abraham set seven ewe lambs of the flock apart. 29 And Abimelech said to Abraham, “What is the meaning of these seven ewe lambs which you have set apart?” 30 He said, “These seven ewe lambs you will take from my hand, that you may be a witness for me that I dug this well.” 31 Therefore that place was called Beer-sheba; because there both of them swore an oath. 32 So they made a covenant at Beer-sheba. Then Abimelech and Phicol the commander of his army rose up and returned to the land of the Philistines. 33 Abraham planted a tamarisk tree in Beer-sheba, and called there on the name of the Lord, the Everlasting God. 34 And Abraham sojourned many days in the land of the Philistines.
*Daily Lectio Divina Question:
Lord, you appear so eager to bless us and provide for all our needs. Yet, sometimes your blessings seem laughable to us. How have my worldly ways of thinking prevented me from seeing what is possible with you? Are there any seemingly hopeless situations that I haven't shared with you?
Biblical Commentary provided by the Catholic Biblical School of Michigan. Join a Catholic Biblical School of Michigan class this September at Holy Family in Grand Blanc, or online.
Revised Standard Version; Second Catholic Edition. (San Francisco: Ignatius Press, 2006).
Permission to use the RSV-2CE given for Bishop's Year of the Bible by Ignatius Press. Many thanks to Ignatius for this.
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El Señor visitó a Sara como había
dicho, y le concedió lo que le
había prometido. 2 Sara concibió y dio
un hijo a Abrahán en su vejez, en el plazo
que Dios le había fijado. 3 Abrahán
puso por nombre Isaac al hijo que le había
nacido, el que le había dado Sara.
4 Y Abrahán circuncidó a su hijo Isaac
cuando éste tenía ocho días, tal como
Dios le había ordenado. 5 Abrahán tenía
cien años cuando le nació su hijo Isaac.
6 Entonces Sara dijo:
–Dios me ha hecho reír;
quienes lo oigan reirán conmigo.
7 Y añadió:
–¡Quién le diría a Abrahán
que Sara iba a criar hijos!
Pues yo le he dado un hijo
en su vejez.
8 El niño creció y dejaron de darle de
mamar. Abrahán dio un gran banquete
el día que dejaron de dar de mamar a
Isaac. 9 Pero Sara vio al hijo que Agar la
egipcia había dado a Abrahán jugando
con Isaac. 10 Y dijo a Abrahán:
–Expulsa a esa esclava y a su hijo,
pues no va a heredar el hijo de esa esclava
con mi hijo Isaac.
11 A Abrahán le desagradó mucho la
petición respecto a su hijo. 12 Pero Dios
dijo a Abrahán:
–No te desagrade lo del muchacho
y su madre. Haz caso a Sara en todo lo
que te dice, pues, por Isaac, una estirpe
llevará tu nombre; 13 también al hijo de
la esclava lo constituiré en un gran pueblo,
por ser descendencia tuya.
14 Muy de mañana, Abrahán se levantó,
tomó pan y un odre de agua, y
se lo dio a Agar; se lo puso a la espalda
con el niño y la despidió. Ella se marchó
y anduvo errante por el desierto de
Berseba. 15 Cuando se le terminó el agua
del odre, recostó al niño debajo de una
mata, 16 se apartó y se sentó lejos frente a
él, como a un tiro de arco, pues se decía:
«No quiero ver morir al niño». Se quedó
sentada enfrente, y el niño rompió a llorar
a gritos. 17 Dios oyó el llanto del niño
y un ángel de Dios llamó a Agar desde
el cielo y le dijo:
–¿Qué te pasa, Agar? No temas,
pues Dios ha oído el llanto del niño desde
donde está. 18 Levántate, toma al niño
y tenle fuerte de la mano, porque lo
constituiré en un gran pueblo.
19 Entonces Dios le abrió a ella los
ojos y vio un pozo de agua; fue, llenó
de agua el odre, y dio de beber al niño.
20 Dios estaba con el niño, que creció,
habitó en el desierto y se convirtió en un
buen arquero. 21 Habitó en el desierto de
Parán, y su madre le buscó una esposa
en el país de Egipto.
22 En aquel tiempo Abimélec y Picol,
jefe de su ejército, dijeron a Abrahán:
–Dios está contigo en todo lo que
haces. 23 Ahora júrame aquí mismo por
Dios que no me engañarás ni a mí, ni
a mi posteridad, ni a mi estirpe; que la
misma lealtad que he tenido contigo, la
tendrás tú conmigo y con la tierra en
que resides como extranjero.
24 Y Abrahán respondió:
–¡Lo juro!
25 Pero Abrahán se quejó a Abimélec
a propósito de un pozo de agua del que
se habían apoderado los siervos de Abimélec.
26 Y Abimélec respondió:
–No sé quién ha hecho tal cosa; ni tú
me lo habías comunicado, ni yo lo había
oído hasta hoy.
27 Abrahán tomó ovejas y vacas, se
las dio a Abimélec e hicieron los dos
una alianza.
28 Luego Abrahán apartó siete ovejas
del rebaño. 29 Y Abimélec preguntó a
Abrahán:
–¿Qué significan esas siete ovejas
que has apartado?
30 Él dijo:
–Acepta de mi mano estas siete ovejas
en señal de mi testimonio de que yo
he cavado este pozo.
31 Por eso se llama aquel lugar Berseba,
porque allí juraron los dos. 32 Después
que hicieron una alianza en Berseba,
Abimélec y Picol, capitán de su
ejército, se volvieron al país de los filisteos.
33 Abrahán plantó un tamarisco en
Berseba, e invocó allí el nombre del Señor.
34 Abrahán residió mucho tiempo
en el país de los filisteos.
Pregunta de Lectio Divina del día de hoy
Señor, pareces tan ansioso de bendecirnos y de satisfacer todas nuestras necesidades. Sin embargo, a veces tus bendiciones nos parecen absurdas. ¿Cómo mi mundana forma de pensar me ha impedido ver lo que es posible si estoy junto a ti? ¿Hay alguna situación que parezca imposible en mi vida, que no haya compartido contigo?
La Biblia de Navarra
Permiso para usar esta versión de la primera edición de la Biblia de Navarra
para el Año de la Biblia del Obispo
dado por Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA).